ENTREVISTA| Pablo Carbonell: "Soy un idealista deprimido que usa sus virtudes interpretativas para mejorar el mundo"

Pablo Carbonell regresa este viernes a Huelva, ciudad de la que no se fue del todo. Aquí llegó proveniente de Cádiz siendo un niño. En esta tierra conoció a Pedro Reyes, con quien formó pareja humorística. El Gran Teatro acogerá el próximo viernes, a las 21 horas, El mundo de la tarántula, una obra a medio camino entre el monólogo y el musical que parte de su libro autobiográfico del mismo nombre.

¿Pablo se considera más actor, cantante, showman?

Me considero más persona que otra cosa. La humanidad o el rasgo que defina a los humanos es mi profesión. Tengo la suerte de haber elegido una forma de ganarme la vida que tiene que ver con mis sueños. Si me hice cantante fue porque en la canción había una posibilidad de interpretar. El caso es que yo canto desde la voz del actor y mis canciones son las reflexiones de un sátiro. Soy un idealista deprimido que usa sus virtudes interpretativas para mejorar el mundo. Así te lo digo.

¿Qué le queda por hacer en el mundo del espectáculo?

¿Sabes qué? Este mundo del espectáculo tiene la virtud de que no se acaba nunca, cada meta conseguida abre un horizonte nuevo, un nuevo reto. El aplauso es un gran estimulo pero cuando se baja el telón vuelves a sentir la angustia de no saber si lo volverás a oír. O sea que en el mundo del espectáculo, en el que he hecho de todo, me falta volver a hacer lo mismo otra vez, o quizás mejor, y lo más importante: sin caer en la rutina. Eso es a lo que aspiro.

¿Qué persigue con El Mundo de la Tarántula?

La mayoría de la gente que nos subimos a un escenario perseguimos mostrar un abanico de aptitudes para hacer una cosa u otra. Nuestra versatilidad o nuestro camaleonismo. En El mundo de la Tarántula, aunque hay un despliegue de habilidades, lo importante es que lo que se cuenta es verdad. Es teatro hecho con mi vida, y si tengo la osadía de hacerlo es porque, además de que estoy en deuda con la gente que evoco, he llegado al convencimiento de que todas las vidas son las mismas. Si yo muestro mi vida tú vas a ver, por comparación o por similitud, la tuya.

¿Qué siente ante la representación que tendrá lugar en Huelva, tierra que conoce?

Una gran responsabilidad. No solo conozco esta tierra sino que ademas sale Huelva en la función y mucha gente que marcaron mi vida son de Huelva.

¿Qué recuerdos tiene de esta ciudad?

Mis recuerdos son muy vivos. En la función se ve el trauma que supone para un niño de catorce años cambiar Cádiz, vivir en la playa, por Huelva y vivir junto a la plaza de San Pedro: un trauma. Ese trauma se desvaneció con los años y llegué a hacer grandes amistades en Huelva, incluso recuerdo decirle a mi padre que ya no me quería mudar más. Por cierto, por si alguien piensa que voy a hacer una función diferente aquí que la que hago en otro sitio está equivocado. Es posible que muchas de las cosas que cuento las sienta más vivas en Huelva porque fue ahí donde sucedieron.

Dicen algunos que Pedro Reyes está muy presente en la obra…

Es que Pedro Reyes es fundamental en mi vida. Y sale, claro que sale, y sale mucho. No podía ser de otra manera. Sin Pedro Reyes yo no estaría hablando ahora mismo contigo. Sin Pedro Reyes yo no habría salido de Huelva. Que Pedro Reyes decidiera hacer una pareja humorística conmigo es lo mejor que me ha pasado en la vida con diferencia. En el estreno en Valencia vino su viuda y me dijo: me has hecho llorar, cabrón. Pero me lo dijo con una sonrisa en la boca. Se llora con la función, por Pedro y por más gente, por cosas que pasan, que nos han pasado a todos.

¿Cómo se compagina la obra con el nuevo tour de Los Toreros Muertos?

Y con los programas de la tele, y con las películas, y las novelas, y los guiones... La única manera de hacerlo es llevando una vida sana. Es inconcebible para cualquiera la cantidad de kilómetros que hago al mes. Al día siguiente de actuar en Huelva doy un concierto con Los toreros en Córdoba, pero el lunes ya estoy grabando en Madrid.

¿De qué forma ha afectado la crisis a la cultura?

Cultura es poder hablar sobre los boquerones en vinagre en una barra de un bar. La crisis afecta a todo, y en todo tiene que haber cultura porque si no lo que hay es competición o ganas de agredirnos. El conocimiento del vecino anula la confrontación. La crisis afecta porque con el agua al cuello nuestra capacidad de comunicarnos se ve mermada.

En pocas palabras, defínase…

Yo soy tú.

¿Por qué no nos podemos perder El mundo de la Tarántula el próximo viernes en Huelva?

Va a ser una función muy especial.

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