Este miércoles se cumplen 20 años del vertido de Aznalcóllar, que afectó gravemente a Doñana

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Este miércoles 25 de abril se cumplen veinte años del vertido de lodos tóxicos procedentes de la balsa minera de Aznalcóllar, que afectó gravemente al Espacio Natural de Doñana y su entorno, después de que la balsa de las minas de Aznalcóllar, propiedad de la empresa Boliden-Apirsa, vertiera millones de metros cúbicos de lodos y aguas tóxicas al río Guadiamar, afectando a los Parques Natural y Nacional de Doñana, y al estuario del Guadalquivir

Las consecuencias ecológicas del vertido tóxico fueron de unas dimensiones enormes: 80 kilómetros de cauces afectados, 4.600 hectáreas de nueve municipios envenenadas, caladeros cerrados por contaminación de cadmio, cinc, cobre y arsénico, siete millones metros cúbicos de lodos retirados, 30 toneladas de animales muertos, acuíferos altamente contaminados, récord mundial de concentración de metales pesados en aves acuáticas y 5.000 puestos de trabajo hipotecados.

Según recuerdan Ecologistas en Acción y SEO/BirdLife, los beneficios económicos obtenidos en su día, más por la obtención de subvenciones públicas y por el tráfico de residuos que por la explotación de mineral, fueron a parar a la multinacional sueca Boliden, "mientras que la gestión de los millones de metros cúbicos de residuos generados que forman enormes escombreras altamente tóxicas y la de la corta repleta de lodos tóxicos corre a cargo de la Junta de Andalucía, que no exigió nunca los avales exigibles por ley a la empresa para asegurar los gastos de restauración, gastos que pueden llegar a los 500 millones de euros de dinero público".

Los tribunales desestimaron las demandas presentadas por las asociaciones ecologistas y la empresa aún no ha pagado nada de los gastos que generó el vertido y también las demandas civiles presentadas por el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía que pretendían hacer pagar a Boliden 150 millones de euros, "sólo una parte de los 250 millones de euros que ya nos ha costado a todos los ciudadanos este desastre. Ni hay ni habrá responsabilidades penales ni tampoco civiles. Boliden no solo se ha ido sin pagar las facturas del vertido, sino que ha cobrado 36 millones de euros de subvenciones".

Por esto, las cinco principales organizaciones ecologistas, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF sostienen que la mina de Aznalcóllar es una evidencia de la insostenibilidad del modelo de minería a cielo abierto y han señalado que la contaminación permanece en el lugar y que con la reciente reapertura de la mina existe el riego de que aumente. Por esto, este próximo martes las asociaciones darán, conjuntamente una rueda de prensa en Sevilla para hacer un balance del vertido de Aznalcollar 20 años después y para alertar de los "graves riesgos actuales por la situación de las presas de la Mina de Riotinto", además de "los motivos para rechazar la reapertura de la Mina de Los Frailes, en Aznalcóllar".

Vídeo del vertido del vertedero de Nerva al río Tinto publicado por EQUO: