Matilde Becerril y su pan de toda la vida

 

En la semana en que se ha cambiado la normativa en materia de elaboración del pan para hacer que los consumidores podamos conocer mejor lo que nos venden, sin engaños, nos fijamos en una panadera de toda la vida de la localidad de Beas.

Matilde Becerril tiene 86 años y sigue al pie de su negocio, haciendo el pan como se ha hecho siempre: en un horno de leña, de la forma tradicional, con verdadera masa madre.

Da trabajo a 3 panaderos a jornada completa, y no ha faltado casi ningún día de su vida a su despacho abierto al público. Además de por el pan, la “Panadería Nuestra Señora  de Clarines”, es muy conocida por sus roscos. Los roscos de Matilde, son exportados a todos los puntos de la geografía española, ya que son demandados por una gran clientela porque están hechos a mano, como todo en la casa de esta panadera octogenaria.

Ella sola, desde muy jovencita, levantó el negocio con su trabajo y esfuerzo. Es medalla de oro del municipio de Beas, y se jacta de que la anterior presidenta de la Junta de Andalucía , Susana Díaz, visitó su local y quedó prendada del pan que hacía, por lo que le regaló 2 kg de su delicioso producto.

Su panadería recibe, año tras año, a los niños del colegio de la localidad, los cuales van para aprender a hacer el pan "de toda la vida". Además, en el famoso Belén Viviente de Beas, se recrea todos los años una escena de un horno de leña, inspirada en su negocio, encargándose ella misma de elaborar el pan que se muestra y se vende en dicho Belén.

Lleva la cuenta y conoce a todos los que compran sus productos, y si un día no van a recoger el pan les "riñe".

Matilde engolosina a los niños regalándoles pequeños panes, los cuales hace especialmente para ellos. En la actualidad, el negocio lo lleva su sobrino, pero ella está al pie del cañón, comprobando que todo marche a la perfección, desde las 6 y media de la mañana, de lunes a sábado.

La panadera octogenaria asegura que hacer pan de toda la vida le cuesta el dinero, pero que "el pan moderno no es pan ni es nada". "El verdadero pan, el de mi panadería no engorda", añade.

Puede que la nueva normativa que se ha aprobado en los últimos días ayude a poner en valor a los maestros artesanos del pan de toda la vida. En Beas, desde luego, lo tienen claro: ¡El pan y los roscos de Matilde!