Vacaciones de Sánchez en Doñana: quejas de guardias civiles y bañistas

(Texto: A.S.C.)

El hecho de que Pedro Sánchez haya decidido darse unas vacaciones de verano pese a que España lleva meses con un Gobierno en funciones y su investidura bloqueada no solo no está gustando a partidos y líderes políticos (especialmente Pablo Iglesias, que sigue esperando la llamada del presidente) sino tampoco a agentes de la Guardia Civil y bañistas.

Y es que, la benemérita, a través de Juan Fernández, portavoz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), ha denunciado las malas condiciones laborales a las que están sometidos los agentes desplazados hasta el parque natural.

Según informa Cuatro, jornadas maratonianas, alojamientos muy alejados y dietas que no cubren los gastos, se suman a la cancelación de sus vacaciones. “Se les han tenido que cancelar sus días libres y enviarles a Huelva, no se habían previsto las vacaciones del presidente”.

Se trata de unas condiciones que los miembros del cuerpo no consideran aceptables y que no serían la primera vez que se producen. De hecho, el pasado año, en el mes de enero, sucedió lo mismo durante el descanso de Sánchez en Canarias.

Pero, además, en las redes sociales están circulando quejas de bañistas que se han encontrado con la "playa cerrada" por el dispositivo de seguridad del presidente cuando han paseado por el litoral más cercano al Palacio de Marismillas, en Doñana.

"La playa es patrimonio de todos, de todos, sea quien sea quien se aloje cerca", ha escrito un indignado paseante al toparse con un despliegue de agentes del instituto armado.

Mientras tanto, y según ha podido saber esta Redacción, dicho dispositivo está previsto en Marismillas hasta el próximo día 21, aunque ello no quiere decir que sea ese día el que la familia Sánchez haya elegido para abandonar el preciado enclave ecológico.

Hasta ahora, tanto Moncloa como Ferrez guardan un absoluto hermetismo sobre las vacaciones del presidente. Según han señalado fuentes del entorno de Sánchez, existe cierto temor a que puedan hacerse públicas fotografías robados del presidente en actitud relajada debido a la delicada situación del país en términos de gobernabilidad.

La consigna está clara: máxima discrección al respecto, hasta tal punto que los ministros no desmienten que Sánchez esté de vacaciones pero se apresuran a añadir que el presidente "no desconecta".

Mientras tanto, pasan los días y cada vez está más cerca el 23 de septiembre, fecha en la que, de no contar Sánchez con los apoyos necesarios para su investidura, habría que convocar nuevas elecciones para el próximo 10 de noviembre.