Parte de la plantilla de bomberos de la subcontrata danesa de Enagás, Falck, mantienen una huelga indefinida desde el pasado día 11 de noviembre, al mismo tiempo que permanecen acampados a las puertas de la factoría que la empresa gasística tiene en Palos de la Frontera. Los huelguistas reclaman la readmisión de su delegado sindical despedido, que se restituyan en sus categorías a varios trabajadores degradados, y que se les dote de equipos de seguridad, así como unas condiciones laborales que les permitan desarrollar su trabajo con normalidad y sin más presiones ni persecución sindical por parte de la empresa. Mónica Rossi y Jesús Amador, integrantes del Grupo Municipal de Adelante en el Ayuntamiento de Huelva, junto con tres miembros del Comité de Huelga de los bomberos han informado hoy sobre la iniciativa de Adelante Huelva con la que piden el apoyo del Consistorio de la capital onubense a este colectivo y a sus “justas reivindicaciones”. Este asunto se abordará en el pleno municipal del próximo jueves. El despido de Darío Segade, delegado sindical de estos bomberos y las otras medidas contra estos trabajadores, se produjeron después de que “pidiéramos los equipos de seguridad que llevan mucho tiempo sin entregarnos”, según ha explicado el bombero en huelga, Francisco Javier Gómez Montoya. Este trabajador ha añadido que “estas reivindicaciones y su incumplimiento vienen de lejos”, ya que la falta de equipos de seguridad y la petición de los mismos se arrastra desde hace, al menos, cinco años.
La portavoz municipal de Adelante Huelva, Mónica Rossi, ha declarado que “queremos que esta medida sirva para desbloquear este conflicto laboral y lograr que la empresa se siente a negociar con los trabajadores en huelga para que sus reivindicaciones se cumplan”. Por su parte, el bombero en huelga, Francisco Javier Gómez Montoya, ha añadido que “estamos dispuestos a seguir luchando por nuestros derechos”, por lo que mantienen una huelga y una acampada de la que hoy se cumplen 36 días. Los huelguistas denuncian además que “nos han impuesto unos servicios mínimos abusivos” y esperan que la empresa se disponga a negociar para “poder darle una salida a este conflicto y se cumplan nuestras reivindicaciones”.
Por su parte, el viceportavoz de Adelante Huelva, Jesús Amador, ha explicado que “parece ser que Enagás, empresa responsable última de la contrata y garante de la seguridad en sus instalaciones, prefiere tener a su servicio a una empresa que incumple con la normativa laboral, también en materia de seguridad, que tener en su planta a trabajadores que reivindican sus derechos, los que marcan las leyes y su propio convenio, lo cual contribuye a perpetuar un clima insostenible para una plantilla que se encuentra cedida en sus instalaciones”. Amador ha añadido que “esperamos obtener el respaldo del Ayuntamiento para estos trabajadores y lograr así que tengan que pasar las navidades con sus familias, en vez de sufrir las duras condiciones que afrontar a diario en su acampada” a las puertas de Enagás.
Este conflicto afecta a los 15 trabajadores de la plantilla, estando en Huelga 9 de ellos, con unos servicios mínimos impuestos por la empresa del 65%. Se trata de nueve familias de Huelva, que defienden sus derechos laborales “en esta provincia tan castigada por el paro y la precariedad laboral”, frente a un gigante multinacional como es la empresa danesa Falk Scy. Algo que “lamentablemente sucede muy a menudo en las subcontratas de las empresas del Polo Químico” que tienen unas condiciones laborales que están muy por debajo de las plantillas que dependen directamente de las empresas principales.
En este sentido, Amador ha destacado que “estamos abordando el apoyo a unos trabajadores que reivindican la necesidad legal de tener equipos de protección laboral adecuados para ejercer su labor profesional con seguridad, como son estos bomberos del sector privado, cuyo trabajo es el de salvar vidas, en caso de accidentes en la planta de Enagás, además de garantizar la seguridad en la actividad diaria de la planta gasística” Evidentemente, los bomberos de Falck requieren de todos los medios necesarios, por desempeñar una actividad laboral “crítica y sumamente delicada”, en cuanto a riesgo de graves accidentes, por operar en un entorno donde abundan los materiales peligrosos y muy inflamables.
