De más a menos. Así fue el desempeño de Carolina Marín en la final del Abierto 750 de Francia, marcada por un ultimo set irreconocible de la onubense y brillante de la joven promesa surcoreana (21-16, 18-21, 5-21).
El primer set mostró la Carolina más reconocible, con agresividad e intensidad y movilidad en su juego, lo que le permitió adelantarse en la final ganando un primer parcial con alternativas en el electrónico por 21-16.
En el segundo, el comienzo de Carolina fue un espejismo y Young, que iba a más, se lo llevo de forma apretada (18-21), siendo un gran mazazo para una Carolina que no se encontraba cómodo y que terminó siendo devorada por la volantista asiática en el tercer set (5-21), vengándose de la derrota encajada en cuartos de final del Open de Dinamarca y llevándose el Abierto de Francia ante una Carolina Marín que, a pesar de haber perdido, ha terminado por confirmar, definitivamente, que ha regresado y está entre las mejores.
