Hace treinta años, el entonces Papa Juan Pablo II visitó la provincia de Huelva y, en El Rocío, pronunció aquella recordada frase de "Que todo el mundo sea rociero". Aquella petición quedó clavada en el corazón de los rocieros en particular y de todos los feligreses en general.

Ese viernes, se ha querido conmemorar este aniversario con la visita del Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Cleopas Auza, que ha sido recibido por el obispo de la Diócesis onubense, Santiago Gómez.

El Nuncio ha podido conocer in situ la devoción y el fervor en la presentación de las Hermandades ante la Matriz de Almonte.

Y es que, esta tarde, El Rocío ha vivido uno de sus momentos más hermosos e intensos de toda la romería.

Desde ayer viernes, a las puertas del santuario, las 127 filiales han ido pasando para saludar a la Blanca Paloma y lanzarle un sinfín de vivas y piropos.

Mientras tanto, El Rocío ya mira al día de mañana, en que tendrá lugar la solemne misa de romeros y, en la madrugada del lunes de Pentecostés, el esperado salto de la reja por parte de los almonteños.


En las imágenes de Alberto Díaz puede captarse la alegría que, para el Nuncio, supone estar en la provincia onubense y más en concreto en la aldea almonteña en una jornada tan señalada para los rocieros de todo el mundo.