En activo desde hace más de 70 años, por el Kiosko Manolín ha pasado hasta el mismísimo Chiquetete para comer los chocos fritos de Huelva. Lo que en sus inicios fue un “quiosquillo en medio de la carretera con cuatro tapas” es hoy un restaurante con todas sus letras.
Fundado originariamente por Manolín Candón en 1950, ahora son sus hijos Manuel Jesús y José Manuel los que llevan el timón. Manuel Jesús es el cocinero y José Manuel atiende fuera en la barra. A pesar de trabajar codo con codo desde las 7 de la mañana a las 21 de la noche, dicen que se llevan bien: “¡Qué le vamos a hacer!, suelta uno de ellos con desparpajo.

La paella, la ensaladilla de pulpo o la tortilla de patatas son algunas de sus especialidades, aunque el plato estrella son los chocos fritos: “La gente viene a comer chocos de Huelva aquí... Todo el que llega se come una tapa”. Y los días en los que hay paella, igual. Además, tiene muy buena salida el pescado fresco, que adquieren en función de lo que se oferte ese día en la lonja.

El secreto de sus chocos fritos reside en la calidad del producto, que “debe ser fresco y de Huelva”. Manuel Jesús detalla que también es importante utilizar una buena harina y el aceite debe estar recién cambiado para que el choco “no se empapuche”.

Además de una larga variedad de tapas, Kiosko Manolín ofrece menú del día, una carta económica que se ha mantenido en el tiempo, y desayunos desde la siete de la mañana: “ofrecemos de todo un poquito”, apostilla Manuel.

Ubicado en el Paseo de la Ría, el nuevo paseo marítimo ha dado aires de renovación al negocio: “Tenemos mucha más afluencia de gente. Lo que las obras nos quitaron, ahora nos lo está devolviendo”. El día del camino de las Hermandades del Rocío de Huelva y de Emigrantes son días grandes para el negocio, ya que ambas hermandades transitan con las carrozas por esta avenida: “Tenemos en esos días una burrada de gente… Son días que hay que aprovecharlos”.

Por no olvidar todos los famosos que han pasado también por aquí, “porque el Huelva Información estaba cerca y mi amigo Camacho me traía a gente conocida como Chiquetete”. Que, seguramente, también se pidió una tapa de chocos fritos de Huelva.
Con todo, Kiosko Manolín es un restaurante con una calidad avalada por su tradición y recorrido, esos sitios de toda la vida al que siempre se acude porque sabes que no falla.
