El Obispo de Huelva participará en los cultos en honor de la Virgen de la Cinta

En la mañana de ayer domingo, 21 de agosto, ha bajado hasta la Santa Iglesia Catedral la venerada imagen de la Virgen Chiquita, donde presidirá los solemnes cultos que se tributarán a Nuestra Señora de la Cinta con motivo de la Natividad de la Santísima Virgen. En todos esos cultos, tanto en los litúrgicos como en los populares, participará Monseñor Santiago Gómez Sierra, que ha recibido a la imagen de la Patrona de Huelva en el Obispado en el trasncurso del traslado de hoy, donde ha hecho entrega de un ramo de flores a la Virgen y ha rezado con el pueblo uno de los misterios del Rosario que acompaña a la Virgen en su bajada a la Catedral.

Durante el novenario, el Obispo de Huelva asistirá todas todas las noches acompañado por una representación del Cabildo Catedral, cultos que predicarán varios sacerdotes y que concluirá con procesión eucarística claustral el último día. Participará igualmente en la ofrenda floral y presidirá la procesión solemne el 7 de septiembre. Por último, celebrará el Pontifical en la mañana del 8 de septiembre y, por la tarde, presenciará el traslado popular de la Virgen al Conquero. Don Santiago no hará sino seguir lo que ya es una tradición de los obispos de Huelva: su especial vinculación a esta secular devoción de la Patrona de la capital diocesana.

El primer obispo de Huelva, Monseñor Cantero Cuadrado, potenció el culto cintero y dio sobradas muestras de su devoción a la Virgen de la Cinta, ya sea concediendo indulgencias a los que visitaren su santuario, presidiendo sus solemnes cultos, asistiendo a la proclamación como Alcaldesa Perpetua de Huelva, regalando su pectoral a la Virgen Chiquita, donando joyas con vistas a la futura coronación canónica, construyendo una Casa de Ejercicios bajo su advocación, promoviendo un monasterio de Oblatas titulado de Santa María de la Cinta, componiendo un himno cintero, y con su contribución más destacada, solicitando y obteniendo de San Pablo VI la bula Praeclara Dei Genetrix, por la que se confirmaba el patronazgo principal de la Virgen de la Cinta sobre la ciudad de Huelva.

El segundo obispo de Huelva, el Venerable José María García Lahiguera, siguió potenciando la devoción cintera, donando un pectoral y un anillo pastoral para la Virgen Chiquita y dando muestras continuadas de amor a la Virgen del Conquero. Él fue el fundador de la Congregación de Oblatas de Cristo Sacerdote, cuyo monasterio onubense promovió Don Pedro Cantero, y que es un monumento vivo de devoción a la Virgen junto a su histórico santuario colombino. La Hermandad le dedicó los jardines del Santuario, que llevan su nombre.

El tercer obispo onubense, Monseñor Rafael González Moralejo, con motivo del V Centenario de la Evangelización de América y como punto culminante de los Congresos Internacionales Mariano y Mariológico, de 1992, obtuvo de San Juan Pablo II la coronación pontificia de la Virgen de la Cinta. Marcadas en la historia cintera quedan las imágenes del Cardenal Martínez Somalo, Legado Papal, y de Monseñor González Moralejo, coronando la bendita imagen de la Virgen Chiquita en la Avenida de Andalucía.

Monseñor Ignacio Noguer Carmona, cuarto obispo onubense, también dio innumerables muestras de su devoción a la Patrona de Huelva. Vivió, junto a Don Rafael, la Coronación pontificia en aquel 26 de septiembre de 1992. En uno de sus báculos pastorales quedaba patente esta devoción, con la imagen de la Virgen de la Cinta junto a otras de la Diócesis.

El quinto pastor de la diócesis onubense, nuestro Obispo emérito, Monseñor José Vilaplana Blasco, hizo su entrada en Huelva por el Santuario del Conquero, al que regaló unas artísticas vinajeras en aquel 22 de septiembre de 2006. Allí, debido a la pandemia, fue también su despedida de la Diócesis, en julio de 2020, donando para el tesoro de la Virgen una artística mitra. A él le tocó presidir los actos conmemorativos del XXV aniversario de la coronación, y consiguió del Papa Francisco la concesión del Jubileo cintero de 2017. La Hermandad le dedicó la Rosaleda Monseñor Vilaplana Blasco, en los jardines del Santuario.

Por eso, la primera visita del sexto Obispo de Huelva, Monseñor Santiago Gómez Sierra, siguiendo la estela de sus predecesores, fue para postrarse ante la Virgen del muro. Y, ahora, como un onubense más, quiere unirse a todos sus devotos, para honrar a la que es Excelsa Patrona de Huelva y Singular Abogada de los Marineros.

No están aquí todos los ejemplos de devoción de los obispos de Huelva hacia la Virgen del Conquero, pero pueden servir de muestra de cómo éstos han expresado lo que dijo San Pablo VI al proclamar a María como Madre de la Iglesia en 1964: que es “Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores que la llaman Madre amorosa”. Santuario, Casa de Ejercicios y Monasterio de las Oblatas de Santa María de la Cinta, alentados por los obispos onubenses, son hitos históricos y actuales de la devoción cintera, verdadero “pulmón espiritual” de Huelva, verdadero corazón de la vieja Onuba, que bombea la fe, la esperanza y la caridad de los choqueros.

Juan de Robles