Fertiberia ha amenzado este lunes con emprender acciones legales contra las entidades y personas que hayan emitido lo que considera "calumnias" por la acusación de los vertidos en la ría de Huelva de cuatro millones de metros cúbicos de aguas contaminadas procedentes de las balsas de fosfoyesos, que denunciaron Greenpeace y Mesa de la Ría.
Una vez finalizada la campaña electoral, Fertiberia ha decidido que es el momento de "rebatir contundentemente" las denuncias sobre este hecho que, según ha insistido, son "absolutamente y rotundamente falsas".
En un comunicado, la empresa ha afirmado que, desde el momento en que cesó el apilamiento de yeso en diciembre del 2010, "el agua de proceso existente en las balsas se ha ido evaporando de forma natural a lo largo de estos años" y ha explicado que la evaporación natural en Huelva es muy elevada, siendo la pluviometría media en la zona de aproximadamente 530 milímetros/año, mientras que la evaporación media es de en torno a 1.450 milímetros/año, es decir, casi el triple.
"Se evapora toda la pluviometría y mucho más. Es por esto por lo que la cantidad de agua embalsada ha ido disminuyendo en todos estos años, hasta los niveles mínimos actuales, y en ningún caso, como consecuencia de un vertido", ha subrayado la compañía.
De esta manera, ha advertido de que la disminución del nivel del agua embalsada ya estaba prevista en la ingeniería básica del proyecto de restauración, como paso previo al encapsulamiento de los fosfoyesos.
Greenpeace y la Asociación Mesa de la Ría denunciaron el pasado jueves al Ministerio de Transición Ecológica el vertido a la Ría de Huelva, por parte de la empresa Fertiberia, de cuatro millones de metros cúbicos de aguas tóxicas (equivalente a 1.600 piscinas olímpicas).
En un comunicado, señalaron que estas aguas ácidas procedentes de la actividad industrial estaban almacenadas en las denominadas balsas de fosfoyesos (con más 120 millones de toneladas de residuos industriales tóxicos, peligrosos y radiactivos).
“Las aguas vertidas, altamente tóxicas y peligrosas tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas, deliberadamente con pH 1,8-2,2 contienen arsénico, cadmio, cobre, plomo, zinc, cromo, mercurio y elementos radiactivos, entre otros”, han detallado.*
Según han explicado, el vaciado de aguas tóxicas se ha producido a causa de que las balsas (en las que estaban recogidas estas aguas) “no están impermeabilizadas y la disolución de fosfoyesos ha producido cinco sumideros de hasta 13 metros de diámetro”. “Han sido por estos sumideros por donde se han vertido directamente, y sin tratamiento alguno,*cuatro millones de metros cúbicos de aguas ácidas a la Ría y al mar”, han afirmado.
Greenpeace ha recordado que en 2014 ecologistas y colectivos onubenses denunciaron otro vertido similar. En ese momento la empresa alegó que el vaciado parcial de las balsas fue fruto de la gran evaporación producida, a pesar de producirse en un invierno especialmente lluvioso. “Esta vez el vaciado ha sido completo y ha dejado al descubierto*los sumideros por los que se ha drenado el agua tóxica al medio ambiente”, han advertido, toda vez que han insistido en que “Fertiberia se ha ahorrado más de 20 millones de euros*que le hubiera costado el correcto tratamiento de estas aguas tóxicas”.
“Las balsas de fosfoyesos utilizadas por Fertiberia constituyen*el caso de contaminación industrial más grave de Europa, como reconoció el Parlamento europeo. Huelva lleva décadas sufriendo esta situación con total permisividad de la Junta de Andalucía y del Gobierno de España los habitantes de Huelva”, ha declarado el responsable de campaña de aguas de Greenpeace, Julio Barea. “Estos vertidos, además, afectan gravemente a espacios de altísimo valor ecológico como son*las marismas del Odiel y el Parque Nacional de Doñana”, ha añadido.
A su juicio, el Ministerio tendría que pronunciarse sobre la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) al proyecto presentado por Fertiberia para restaurar la zona contaminada. Ante la nueva situación, ha considerado “totalmente inaceptable” un visto bueno a la pretensión de la empresa de*cubrir con unos centímetros de arena todo el área contaminada (más de 1.200 hectáreas).
“Son más de dos años los que lleva el Ministerio estudiando la declaración de impacto ambiental del proyecto de Fertiberia que pretende esconder los fosfoyesos bajo una capa de tierra de 30 cm*y arruinar para siempre la marisma y el futuro de los onubenses. Es inadmisible que el ministerio no haya denegado aún la DIA a un proyecto que incumple la Ley de Costas”, ha añadido el presidente de la Asociación Mesa de la Ría, Aurelio González Peris.
Por ello, Greenpeace y la Mesa de la Ría, ante la gravedad de los hechos denunciados, piden al Ministerio que proceda a*denegar la DIA del proyecto de Fertiberia e inste a la empresa a “devolver la marisma a su estado originario lo antes posible y que*proceda a requerir a la empresa la responsabilidad ambiental por los daños ocasionados”.