Lo mejor y lo peor de los candidatos que pugnan al Rectorado de la Universidad

Los elementos intangibles que han marcado la Campaña de Elecciones al Rectorado de Juan José García Machado, Francisco Ruiz, y María Antonia Peña, son múltiples, trascienden los contenidos programáticos y serán determinantes para decantar la balanza en la lucha por el Rectorado. Sus Programas son coincidentes en muchos aspectos pues parten de un similar diagnóstico de abandono en el caso de los dos nuevos aspirantes a Rector, pero también en el caso de un aspirante en funciones que en su Programa Electoral pareciera víctima de un alumbramiento con caída del caballo incluida y propósito de enmienda.

Los discursos de los candidatos a Rector de la Universidad de Huelva se han mantenido en la elegancia formal, sin embargo, la conflictividad soterrada ha sido alta y los dardos envenenados volaron a gran velocidad, sumándose a las polémicas en los censos, la ausencia de verdaderos debates abiertos, la propaganda eliminada del Campus o la propia composición de la Junta Electoral que vela por la limpieza del proceso, muy criticada.

LO MEJOR: Las campañas suelen marcar el tiempo previo a una regeneración y son una oportunidad de cambio en la gestión y visión en el puente de mando de una institución tan importante como la Universidad para la provincia. Las campañas a menudo funcionan como tormentas de ideas o cartas a los Reyes Magos de los diferentes colectivos que integran la comunidad universitaria, así como ayudan a darle cierta visibilidad a los méritos, problemas y posibilidades de tan señera institución académica.

LO PEOR: El porcentaje de puntos que se cumple en los programas es tan ínfimo –especialmente en la legislatura que nos ha ocupado- que casi convierten las promesas en papel mojado. Es entonces cuando hay que dejarse llevar por el pálpito, la intuición o la confianza que transmite un candidato, en lugar de por lo escrito en un papel, y a menudo esas emociones nos gastan malas pasadas al tratarse de asuntos demasiado trascendentales.

EL CANDIDATO AGAZAPADO: El candidato Ruiz ha sido el vivo ejemplo de la contradicción durante su campaña y ha generado un abismo entre sus hechos y sus actos. Sus contrincantes en esta carrera le han acusado de no cumplir ni el 20% de su Programa estos cuatro años. Contrasta lo poco fluido que ha sido su contacto con los medios de comunicación frente a la acumulación de novedades que desde la UHU se han dedicado a vender compulsivamente las últimas semanas: Se han sacado a prisa y corriendo plazas de profesores y de personal administrativo, se han inaugurado espacios culturales de una Facultad antes que el propio edificio, se han anunciado nuevas titulaciones, congresos e investigaciones, así como mejoras oportunas de la UHU en determinados rankings, y se han acometido obras de infraestructuras que llevaban años demandándose…Como si Ruiz se hubiera dado cuenta muy tarde de que el tiempo se le echaba encima, apenas ha defendido sus logros en algunas entrevistas pactadas pero no parecía confiar mucho de los puntos en los que podía sustentar la eficiencia de su gestión.

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No se sabe bien si ha hecho campaña, porque se ha centrado en hacerla en clave interna, aliándose con la única publicación universitaria que tuvo acceso a verle responder en vivo a las quejas de los alumnos el pasado día 17. Ruiz Se ha podido valer de los recursos que controla en la Universidad para no dejar de lanzar noticias por detrás que han tratado de desestabilizar a su favor el limpio proceso electoral. No ha entrado al debate, ha permanecido huidizo, casi escondido, y como figura de representación casi se ha borrado del partido.

LO MEJOR : Su principal punto fuerte es que lo ha hecho tan mal durante esta legislatura y la Universidad de Huelva ha trascendido tan poco que tiene mucho margen de mejora. Si hubiera tomado buena nota del descontento generalizado que ha creado – y del mal ambiente, según denuncian colectivos de la Universidad- y se ha sufrido tendría que dar un giro de 180º a su talante, y eso es más fácil decirlo que hacerlo. También obra a su favor la experiencia de los 4 años anteriores pero, lamentablemente para él, las segundas legislaturas suelen ser aún peores que las primeras, y es cuando más degeneran.

LO PEOR : Casi todo, empezando por la falta de liderazgo y carisma del candidato. La falta de sintonía entre su visión aislada de la Universidad y la dura realidad es impropia de alguien que solo lleva un mandato, y parece típica de dirigentes que se eternizan en el poder. Es una apuesta demasiado arriesgada para la UHU que este candidato salga reelegido y volviera a incumplir la mayoría de lo anunciado, pues el daño que se le podría infligir a la Onubense podría ser irreversible. No ha aprovechado la legislatura para ser un personaje querido, conocido y respetado en Huelva y su provincia. Demuestra una acusada tendencia a decir medias verdades o a presentar como logros acciones que no necesariamente lo son, eso provoca desconcierto tanto dentro como fuera de la comunidad universitaria. También se le acusa de ser un títere en manos de algunos de sus compañeros de candidatura y no suele dar la cara si no controla perfectamente el escenario en el que va a actuar. Eso lo convierte en una persona poco operativa y disponible para una Universidad que requiere de mucha atención. Ruiz vive además en Sevilla y eso, que podría no tener importancia, se ha notado mucho en su labor oficial.

Tiene muchas heridas abiertas: Al mal ambiente universitario se suman las quejas de los alumnos, las manifestaciones del Capítulo 6, sus pocas dotes para transmitir una visión de su gestión o el hecho de que los tres miembros más destacados de la Junta Electoral que vela por la limpieza del proceso electoral en la Universidad integran su propio equipo. Además, los errores en el censo duplicando a 33 electores precisamente en la Facultad a la que él pertenece dejaron también en el aire la sombra de la duda, que terminó de enturbiarse con su ausencia a un debate público serio y de cierto calado, abierto a los medios de comunicación. Tampoco demostró tener, en la práctica, un talante dialogante para impedir –como máxima autoridad del Campus- que el único debate de los tres candidatos con los alumnos se celebrara a puerta cerrada, y donde se expulsó incluso a periodistas del Salón de Grados de la Facultad de Derecho. Todo ella le deja en muy mala posición ante la opinión pública, si bien es una incógnita si esos elementos serán valorados por sus seguidores del pasado. Le han salido sucesivas páginas web apócrifas atacando su gestión y en algunas de ellas le denominan ‘Opaco Ruiz’, que si bien es un chiste de mejor o peor gusto, denota el oscurantismo del que se ha hecho gala desde el Rectorado.

EL CANDIDATO REVULSIVO: Juan José García Machado era el menos conocido y puede convertirse en el tapado, si bien es un honor que le han querido disputar los rivales con campañas discretas, intentando no perder más que ganar. Quizás es el que mejor ha transmitido su voluntad de ponerse a trabajar “ya” al servicio de la Universidad para “darle el impulso que necesita, hacia adelante” según ha manifestado hasta la saciedad. Mientras Ruiz quiere apenas remendar lo que ha hecho mal y añadir unas peticiones que ya prometió en la anterior campaña y puede convertirse en el candidato del 'hacia atrás’. La candidata Peña, con su 'tocho' de propuestas y su discurso ‘buenista’ y algo hueco corre peligro de “avanzar hacia los lados” en su propósito de ir también hacia adelante.

García Machado ha realizado una campaña intensa y ha conseguido tener visibilidad junto a dos aspirantes más conocidos,  frente a los que partía en desventaja. Puede dar la sorpresa porque ha demostrado pasión y solvencia al defender sus posiciones y, lo que es más importante, gran conocimiento de la Universidad de Huelva por dentro y de sus posibilidades de crecer al exterior, con programas de externalización e internacionalización. Ganó muchos puntos al acudir al Debate público a defender su Programa con datos, simpatía y naturalidad, calificándolo de proyecto estratégico, y no electoral, pues plantea unos objetivos y unas acciones pormenorizadas que ir alcanzando. Daba la sensación de que ambos, él y Peña, salieron reforzados de ese Debate al sentir que entre los dos estaría el próximo rector/a de la UHU, al haberse auto eliminado de la carrera el otro aspirante y rector en funciones.

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LO MEJOR: Como profesor de Economía es el más técnico y en teoría el más apropiado, tanto para cuadrar las cuentas y unos presupuestos rígidos como para buscar nuevas alianzas que supongan fuentes de ingresos. Ha demostrado conocer, por su experiencia en la gestión y en programas Erasmus y de Investigación por medio mundo, las posibles vías de crecimiento de una Universidad pequeña y su Programa parece el más adaptado a una UHU del Siglo XXI, como a los onubenses nos gustaría que fuese, un motivo de orgullo mayor de lo que ya es. Es el candidato, a pesar de ser todos de edades similares, que más ha reivindicado el espíritu del 3 de marzo, y con él, el deseo de convertirse en el revulsivo que trate de sacar la Universidad de la desidia que padece. De hecho, es el único nacido en la capital y el que más ‘de Huelva’ parece, frente a los otros dos aspirantes que han estado, el primero residiendo toda su carrera en Sevilla, y la segunda la mitad de la misma trabajando también fuera de Huelva.

LO PEOR: Ser el aspirante menos conocido le confiere desventaja en un trabajo de tan corto plazo como unas Elecciones al Rectorado. También se le achaca que su equipo es mayor pero él ha argumentado que precisamente los ha llamado por su experiencia en rescatar la Universidad en otros tiempos y como un último recurso de salvación antes de que se pueda hundir el barco. Quizás su amplio conocimiento de las formas de colaboración entre el mundo universitario y el empresarial e institucional para conseguir más empleabilidad en los egresados de la Onubense requiere un cambio de mentalidad demasiado fuerte que tal vez no todos los trabajadores (PAS, PDI) y los propios alumnos están dispuestos a dar para darle ese impulso a la UHU. Ser el aspirante con un perfil más independiente, que no se asocia directamente a ningún partido, como sí pueden hacer los otros dos, puede restarle el voto del tipo de persona que se decanta en función del dictado de otros, o según la identificación más o menos directa con una siglas que casan mejor con su gusto político. El entorno de sus rivales ha intentado desestabilizarlo desde el inicio apartándolo de la carrera principal o con movimientos de última hora como la difusión de bulos.

LA CANDIDATA COSMÉTICA: De entrada parece una buena candidata pero da la sensación de no haber puesto aún toda la carne en el asador y estar tomando fuerza para sacar más artillería. Empezó fuerte pero alguien le recomendó que moderara su estilo y realiza esfuerzos de contención pues sus seguidores se encargan de asegurar que tiene el apoyo del numeroso personal y alumnos de las facultades de Humanidades y no entrar en polémicas puede ser una buena estrategia. Apela tanto a “la imaginación, la ilusión y el todos”, hasta que llegan a parecer lugares comunes y hace que su mensaje bien articulado se diluya en algo un poco etéreo. Es más fuerte en su vertiente didáctica, cuando baja la pelota al terreno de juego y aporta ejemplos prácticos, pero quizás su más de una década fuera de la Universidad de Huelva –vínculos familiares aparte- le puede pasar factura al no conocer en profundidad determinados Campus de los que ha estado ajena. También ha contado con mayor apoyo mediático y eso le ha conferido confianza para reservarse algo para una hipotética Segunda Vuelta. El constante refuerzo de sus puntos fuertes con otros aspectos contrapuestos desnuda su voluntad de ser una candidata ‘recogelotodo’, y asegura, por ejemplo, que su legislatura “sería la de la imaginación y la ilusión, pero al mismo tiempo estoy rodeada de un equipo de tecnócratas” . Eso transmite inseguridad hacia algunos puntos de su propuesta, y queriendo abarcar demasiado, finalmente se puede acabar apretando poco.

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LO MEJOR: Tiene experiencia en cargos institucionales en otra universidad (si bien muy diferente, la UNIA) y ha destacado por defender la transparencia y una contención en el presupuesto que parece un parche puesto antes que la herida. Ha defendido bien una imagen moderada que cuenta con pasar la Primera Vuelta y al presentar su candidatura antes que los otros se llevó la atención. Sus guiños al ala izquierda del espectro ideológico atraviesan todo su programa y salpican hasta su estética, casi idéntica a la de la presidenta de la Junta de Andalucía en su cartel oficial. Su slogan y tipografía de campaña y hasta los códigos de la indumentaria elegida busca remitirse directamente a un alto porcentaje de profesores veteranos de la UHU. De igual manera, los guiños a los movimientos populistas en el estilo de sus presentaciones y en otros puntos de su Programa buscan conseguir la simpatía de esa corriente ideológica mayoritaria en los jóvenes.

LO PEOR: ¿Hasta qué punto el mensaje de Transparencia, Código Ético o Co-Gobierno no son retórica de buenas intenciones y conceptos populistas recientes más que verdaderos activos para una gestión eficiente? ¿Se puede ser al mismo tiempo institucional y rectorable que tener un punto antisistema? ¿La profesora Peña está únicamente preocupada por este cargo y no por hacer carrera o saldar cuentas del pasado de otros? Sus 500 medidas son demasiadas como para comprometerse a cumplirlas realmente y su discurso recuerda al de los representantes del Gobierno Andaluz u otros políticos que, pueden pasar años prometiendo algo para justificar de forma impecable e indolora un cambio de opinión radical de última hora. De ahí surge otra duda importante ¿Será capaz de anteponer los intereses de Huelva y su Universidad al plantear las necesidades presupuestarias de la UHU ante el consejero de la Junta de Andalucía que reparte los presupuestos para todas las universidades andaluzas, o le temblará el pulso a la hora de pedir para Huelva pues le supondría un conflicto de intereses a su proyección política? De entrada está apostando por la austeridad, y eso es contradictorio con la sensibilidad de un tipo de alumno joven al que ha querido llegar señalando: “Si somos los que creen que tenemos un proyecto más parecido a su forma de entender el mundo que cuenten con nosotros”.

Aunque todo el país se empeñe en hablar de las Elecciones Primarias del Partido Socialista las Elecciones más decisivas que se dirimen este 22 de mayo sí pueden afectar en el corto plazo al día a día de las familias onubenses, a su juventud y a las instituciones de dentro y fuera de la provincia que mantienen su colaboración con la Universidad. Pudiera ser que no, que las Elecciones socialistas fueran mucho más decisivas pero, mientras eso ocurriera tendrían que suceder otras muchas cosas, y hasta entonces el nuevo equipo del Rectorado de la UHU ya llevaría tiempo tomando decisiones y dándole un cambio de rumbo a la Onubense.