Pilar Miranda no cree en una política que no se haga desde la mediación y el consenso. Su trayectoria formativa —Doctora en Derecho del Trabajo y experta en mediación familiar— le han dado la capacidad de aplicar el diálogo constante y la escucha activa en su carrera política: “La mediación puede ayudarnos a llegar a acuerdos que beneficien a la ciudad. Me ha sido muy útil a lo largo de cuatro años en la gestión del Puerto de Huelva”.
La candidata a la alcaldía de Huelva recuerda su presidencia en el Puerto como una etapa llena de aprendizajes personales y profesionales: “He aprendido, sobre todo, que Huelva tiene un potencial tremendo. También he comprendido que hay que dar alfombra roja a empresarios y empresarias, hacer reuniones multidisciplinares en las que todo el mundo hable, la importancia de digitalizar las instituciones y la necesidad de hacer una Huelva inclusiva”.
A la pregunta de cómo ve la ciudad utópicamente, responde que ni cree en las utopías para Huelva ni en la suerte para los buenos resultados: “No es una utopía, es la realidad. Para Huelva hay que pedir más que para ninguna otra provincia y trabajar duro por conseguir ponerla en la posición que se merece. Esfuerzo y trabajo dan lugar a éxito”, corrobora.
Aunque garantiza que a ella “no le gusta meterse con las personas”, la que puede convertirse en la primera alcaldesa de la ciudad onubense reconoce que nunca ha tenido miedo de poner las cosas encima de la mesa. “A Huelva le hace falta gestión, resolución de problemas y eficacia. Necesitamos una transformación completa: urbanística, económica y social”.
Es Doctora en Derecho y experta en mediación familiar y menores. ¿Qué le ha aportado la formación relacionada con lo social a nivel profesional y personal?
Soy experta en mediación laboral y Máster en mediación familiar porque creo que los problemas, en muchas ocasiones, se pueden resolver desde la familia. Desde el punto de vista profesional, yo que soy abogada, pensé que sería muy útil poder ayudar a las familias a resolver sus conflictos. Luego decidí hacer el Doctorado en mediación laboral, concretamente en Derecho del trabajo, porque pienso que muchas veces estamos más tiempo en nuestro trabajo que en cualquier otro sitio. Si haces mediación laboral y consigues resolver conflictos, la gente va a trabajar con más ganas, eres más productivo y mejoramos nuestra sociedad.
La mediación laboral la he utilizado muchísimo en mis puestos de trabajo porque confío en que dará muy buen resultado. Puede ayudarnos a que dialoguemos entre las administraciones, como hemos hecho a lo largo de cuatro años en el Puerto de Huelva. El Puerto de Huelva se ha transformado gracias, en gran parte, a la buena relación y al diálogo constante.
Mi padre era médico y no se dedicaba profesionalmente a la mediación, pero siempre la aplicaba. Decía que “con cariño y con la escucha activa se consigue más. Lo que tú vas a decir ya lo sabes, lo que te va a decir el otro todavía no”.
¿Cómo y cuándo decide entrar en política?
Entré muy joven porque siempre me han interesado las actuaciones que cambian la vida de la gente para bien. Con 14 años empecé a interesarme por la política. Cuando crecí, Pedro Rodríguez me llamó para que fuera con él en el ayuntamiento y estuve durante veinte años.
Me considero una persona muy trabajadora, echo muchísimas horas e intento hacerlo lo mejor posible. Creo que la política es el arte de hacer el bien a los ciudadanos. Hay que tener en la mente que tú sirves al ciudadano, no te sirves del ciudadano. Creo en la honradez de la gente, en el trabajo duro y en que el esfuerzo siempre da buena recompensa.
¿Se ha arrepentido alguna vez de haber entrado en política?
Nunca. Hay veces que te vienen los miedos. Tengo rachas en las que le robo mucho tiempo a mi familia y he dejado un puesto de trabajo (Presidenta del Puerto de Huelva) en el que me sentía muy satisfecha por irme a otro donde no sé si ganaré o perderé.
Pero yo opino que al que da todo lo que tiene no se le puede pedir más. Es una vida dura, pero tengo vocación de servicio público y me gusta hacer lo que puedo por mi ciudad, la cual considero con muchas posibilidades.
¿Momentos más duros de su carrera política y momentos que la hayan marcado en el mejor de los sentidos?
El más duro fue el de las inundaciones (mayo, 2016). Nos tuvimos que meter en el agua hasta la cintura, los perros se estaban ahogando, la gente se quedó sin nada. Te das cuenta de que tienes un pie puesto en el estribo, que hoy estás bien y mañana puedes estar fatal.
Otro momento duro fue el de Mari Luz (enero, 2008). Yo estaba entrando en el ayuntamiento y vi la foto de la niña. Sabía quién era su padre, entonces fui a su casa con otra concejala y los visitábamos de vez en cuando para saber cómo iba todo. Me dio mucha pena, era una niña muy pequeña y me ponía en la piel de los padres porque yo también tenía una niña.
Un momento bonito fue cuando se resolvieron las cuestiones de la mina con Fátima Báñez. Recuerdo a todos los mineros saliendo de la huelga que había durado muchos años, felices y celebrándolo. También me marcó cuando se inauguró el nuevo estadio. Fue un día precioso.
¿Qué le ha aportado personal y profesionalmente ser la Presidenta del Puerto de Huelva?
Me ha aportado mucho. Profesionalmente, el saber que Huelva tiene un potencial extraordinario. Hemos transformado todo el espacio portuario, hemos convertido una carretera fea y gris en un bulevar por el que da gusto pasear. Hemos puesto en marcha la Ciudad del Marisco y hemos aprendido a cooperar entre las administraciones para conseguir que las cosas salgan bien.
El Puerto de Huelva era un espacio desconocido. Nadie sabía nada de él y hemos conseguido que la gente lo conozca y lo aprecie. También están en marcha los proyectos de la ZAL —Zona de Actividad Logística— y los de hidrógeno verde, que tienen un potencial enorme y necesitan a su lado a un ayuntamiento colaborativo.
He aprendido acerca de la importancia de escuchar a los empresarios para crear confianza y que inviertan en Huelva, como es el ejemplo de la ruta 1400 con la unión de empresas que se consideran competencia. Han trabajado unidas y hemos aumentado los pasajeros que vienen de Canarias en un 50%.
De lo que sí estoy segura es de que si consigo ser alcaldesa, la Junta de Andalucía, el Puerto y el Ayuntamiento de Huelva van a ir de la mano y trabajaremos unidos por la ciudad. Si te digo la verdad, no he conseguido sentarme con el alcalde de Huelva en estos cuatro años de su gobierno. Por eso tenemos que conseguir navegar todos en la misma dirección.
¿Qué proyectos relacionados con el Puerto de Huelva se finalizarían desde su alcaldía?
Sin lugar a dudas el Muelle de Levante. La transformación urbanística ha empezado en el Puerto y hay que continuarla en Huelva, pero esto supone hacer planes especiales y modernizar el Plan General de Ordenación Urbana que lleva ocho años sin tocarse.
Sé que hay inversores que están esperando a ver qué pasa en el ayuntamiento para invertir en Huelva, pero no puede tardar una licencia 33 meses —como ha pasado en la Ciudad del Marisco—, porque los empresarios y empresarias están perdiendo dinero por silencio administrativo.
¿Qué infraestructuras urbanísticas necesita Huelva?
Huelva necesita una transformación urbanística completa. Si somos capaces de poner en marcha el Muelle de Levante, la ZAL y los proyectos de hidrógeno verde el ayuntamiento recibirá mucho dinero de licencias, de obras y de apertura. Ese dinero se podrá invertir, posteriormente, en arreglar el centro de la ciudad, La Orden, el Torrejón, Marisma del Odiel y el resto de espacios.
La ZAL —Zona de actividades logísticas— es un proyecto que está prácticamente puesto en marcha y que podrá crear mucho empleo al igual que el Muelle de Levante. Uno desde el plano turístico y cultural y otro a nivel proyecto sostenible y de logística, distribución y almacenamiento.
Otro de nuestros focos es rellenar los espacios vacíos de Huelva. Hay puntos concretos donde los coches se agolpan en medio de la ciudad. Tenemos que tener una Plaza Mayor con aparcamientos, un espacio bonito y ordenado. Hay muchas dotaciones que faltan en el centro de la ciudad y en los barrios y, sobre todo, infraestructuras que podamos usar todos y todas. Hay que hacer un plan de accesibilidad universal que elimine barreras sociales y laborales, creando una ciudad inclusiva. Huelva no tiene plan de accesibilidad, por eso no puede recibir muchas subvenciones. Ya cuando nosotros nos fuimos hace ocho años lo dejamos casi hecho y no hemos vuelto a tener noticias, pero es absolutamente necesario.
Necesitamos también un plan de sostenibilidad y restaurar los espacios emblemáticos de Huelva. Estamos perdiendo miles de árboles y no se están cuidando los principales pulmones de la ciudad como el parque Moret. Hay que hacer un cinturón verde por toda la ciudad, desde el Muelle de Levante hasta el Ensanche Sur, pero también tenemos que recuperar el Paseo de Santa Fe, la cárcel antigua y dar vía libre a proyectos culturales que den vida a la ciudad. Esto implicaría un aumento del turismo y, acompañado de una terminal de cruceros, supondría que cuando los turistas lleguen al muelle se queden en Huelva en vez de irse a Sevilla o a Portugal.
También es necesaria una transformación económica, porque tenemos que aprovechar el potencial de todos los proyectos de energía renovable que se quieren venir a las distintas zonas de Huelva. Para que no haya aleatoriedad en los procesos del ayuntamiento, tenemos que tener un protocolo en el que todo esté recopilado en un portal de transparencia y la gente sepa lo que tarda cada trámite.
Yo conseguí que Alberto Núñez Feijóo y el Presidente de la Junta de Andalucía se comprometieran a darnos lo que necesitamos en Huelva. Juanma Moreno un día dijo que los territorios había que equilibrarlos y evidentemente, como Huelva necesita mucho más que otros territorios porque ningún gobierno de la nación nunca nos hizo caso, pues hay que pedir para Huelva más que para nadie y ya cuando estemos equilibrados entonces estaremos en las mismas condiciones.
En Huelva falta eficacia en la gestión del ayuntamiento. Falta diálogo con los vecinos y falta resolución de problemas, porque la veo muy abandonada por parte del equipo de gobierno actual.
En pocos días puede convertirse en la primera mujer alcaldesa de Huelva capital, ¿qué significa esto para usted y para las mujeres de su entorno?
Tengo una anécdota sobre eso. Cuando llegué al Puerto de Huelva, la gente decía “y qué sabrá esa”. Yo tenía que contestar que sabía lo mismo que mis compañeros anteriores. Los dos presidentes —que eran hombres— eran abogados, igual que yo. He trabajado muchísimo en este tiempo, me he llevado el trabajo a mi casa, me he esforzado mucho y también tengo formación.
Las mujeres sabemos mucho de esfuerzo personal y yo se lo he dicho continuamente a las candidatas: no os dejéis pisar, no dejéis que no os valoren, tenemos que hacernos valer. Mujeres y hombres juntos tenemos que conseguir la justicia absoluta. Huelva necesita una mirada de mujer, que esté en el detalle, que cree una ciudad que sea agradable para vivir, para pasear.
¿Alguna vez ha sentido que la política era un mundo de hombres?
Hay veces que he visto que no me estaban dando mi sitio pero me lo he ganado con respeto y sin vergüenza ninguna. No me da vergüenza destapar los problemas directamente y poner en valor el trabajo de las mujeres, que trabajamos muy duro y hay muchos prejuicios hacia nosotras.
Esto no es cuestión de edad, ni de género, es cuestión de valía personal. A mi hija siempre le digo lo mismo: esfuerzo y trabajo dan lugar a éxito. Para ser un buen político, una buena alcaldesa, buen médico o barrendero hay que ser buena persona.
Esto va de trabajar por Huelva entre todos y todas. Tenemos que poner a Huelva en el sitio que se merece, y mi compromiso es con Huelva por encima de todo.
