La actitud de una madre e hija, ambas vecinas de una urbanización de Alicante, ha puesto en pie de guerra al resto del vecindario debido a sus continuas amenazas, que incluso desembocan en agresiones.
La tranquilidad del bloque se ve tan alterada que, hace unos días, un vecino terminó con varios arañazos en el rostro, además de golpes en diversas partes del cuerpo.
Además, también sufrió la rotura de sus gafas y reloj.
Y todo ello ocurrió, según señalaron fuentes vecinales, después de que alguien les pidiera que bajaran la voz en la piscina.
Todo ocurrió por pedirles que bajaran la voz en la piscina, pero la reacción fue mucho peor de lo que esperaban.
Ambas mujeres, según destacan sus vecinos, no respetan las más mínimas normas cívicas y hacen caso omiso de las advertencias de los socorristas de la piscina, que utilizan cuando y como quieren.