La asociación ecologista WWF ha pedido declarar "en riesgo" el acuífero de Doñana después de un informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir enviado a los miembros del Consejo de Participación de Doñana el día después de la reunión de UNESCO, y que, según señala la organización, "ha confirmado que las administraciones no están actuando lo suficiente para frenar el imparable deterioro del acuífero que da vida a Doñana".
Así lo ha denunciado WWF, que pedirá este lunes en la Comisión de Aguas del Consejo de Participación de Doñana la declaración del acuífero “en riesgo”. Para WWF, es "urgente" detener el continuo crecimiento de la agricultura de regadío en la zona, y clausurar las más de 3.000 hectáreas de cultivos y más de 1.000 pozos ilegales que siguen secando el futuro del humedal más importante de Europa.
WWF ha apuntado que lleva años alertando sobre "el dramático descenso" en los niveles del acuífero que alimenta las marismas de Doñana, "por el uso insostenible e ilegal del agua para la agricultura". Una tendencia que confirma el último Informe sobre el estado del acuífero de Doñana de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG, del año hidrológico 2015-2016), que acaba de ser publicado en el área documental del Espacio Natural Doñana.
WWF lamenta que aunque el informe está fechado en abril de 2017, las autoridades españolas no lo han hecho público hasta un día después de la reunión de UNESCO en la que se discutía sobre la conservación de Doñana. Para WWF, es un "hecho grave y una clara muestra de falta de transparencia con la sociedad y con UNESCO".
En el informe se recoge el nivel en el que se encuentra el agua subterránea en distintos puntos del gran acuífero de Doñana (Unidad 05.51 Almonte-Marismas), que se extiende bajo el parque y buena parte de los municipios del entorno. Según dicho documento, la situación de la masa de agua subterránea es peor que a la que correspondería a un año de lluvias normal, como fue 2015-2016, y mantiene 3 de las 5 zonas del acuífero en mal estado cuantitativo.
Además, señalan los ecologistas, el 36% de los medidores de agua subterránea reflejan la situación de “en alarma”, destacando en toda la zona donde se concentra la agricultura intensiva de regadío (ámbito del Plan de la Corona Forestal de Doñana y la zona conocida como Los Hatos). Se siguen manteniendo dos grandes “conos de depresión piezométrica” (lugares donde el acuífero ha sufrido un descenso importante que afecta a la conexión con los espacios naturales) con relación a las cotas medidas en 1995. "Los bajos niveles del acuífero se comparan con ese año, un claro indicativo del enorme declive que sufre: justo antes de 1995 se produjo una histórica sequía y los niveles siguen bajando, incluso por debajo de lo marcado en aquella fecha".
Según WWF, esto es el fruto de "la inacción" de las administraciones andaluza y española, "que siguen sin actuar con urgencia y contundencia para cerrar los cultivos y pozos ilegales que secan Doñana". Además, como WWF indica que las administraciones "permiten que la superficie de regadío siga aumentando en la zona: 251,9 nuevas hectáreas en los últimos dos años".
Los datos del informe se suman a la preocupación de la Comisión Europea –que mantiene abierto un proceso de infracción contra España por la mala gestión del agua en la zona- y a los últimos estudios científicos que alertan sobre el riesgo de “colapso” de Doñana por la falta de agua. WWF también considera preocupante que las administraciones sigan sin tener en cuenta el cambio climático, "que no hará más que acentuar el declive del acuífero".
Por ello, WWF solicitará en el próximo Consejo de Participación de Doñana su apoyo para que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declare “en riesgo” el acuífero, y se apliquen así las medidas que prevé la Ley de Aguas: poner fecha a las actuaciones para recuperarlo, con un plan que incluya el cierre de todos los pozos ilegales y un control más estricto sobre las extracciones de agua en la zona.