- El agente de policía recibió un impacto en la pierna que le produjo la rotura de la arteria femoral, así como una trombosis venosa profunda, entre otras consecuencias.
- El acusado, el monitor que realizaba las prácticas de enseñanza, negó desde el principio los hechos de manera sistemática.
- Ahora, cinco años y dos meses después, ha reconocido la autoría de los hechos y ha sido condenado.
Cinco años después, el agente de Policía Local Antonio Cazorla, ha demostrado su verdad. Los hechos se remontan a 2017 cuando, en la galería de tiro de la Jefatura de la Policía Local de Huelva, cuando resultó herido de un disparo en la pierna izquierda, y ha sido ahora, cinco años y dos meses después, cuando se ha hecho justicia.
Según indica el policía, el autor del disparo fue el monitor que realizaba las prácticas de enseñanza, J. A. Q. G., el cual se encontraba instruyendo a un grupo de policías locales la diferencia de presión en el gatillo entre diferentes armas reglamentarias.
Según la sentencia, el acusado "realizó el disparo sin comprobar que su arma se encontrase limpia de balas y sin aplicar el protocolo de seguridad". Como consecuencia de dicha negligencia, el policía Cazorla recibió el impacto en la pierna izquierda, el cual fue de considerable gravedad, ya que el equipo médico planteó la posibilidad de amputación de dicho miembro, aunque a última hora se pudo salvar.
Además, el disparo produjo la rotura de la arteria femoral, así como una trombosis venosa profunda, entre otras consecuencias. Por ello, según el informe forense, necesitó de 534 días de recuperación, todo ello sumado a las secuelas de por vida que este hecho le ha dejado, pasando por ello a los servicios de segunda actividad.
El acusado, que según indica Cazorla, "carecía de seguro de responsabilidad civil", negó desde el principio los hechos de manera sistemática, "dejando la puerta abierta a un disparo fortuito producido por el mismo lesionado o por una tercera persona", según recogen todos los estamentos del Juzgado de Instrucción nº1 de Huelva.
El pasado 26 de enero de 2023, cinco años y dos meses de que ocurriera el siniestro, se celebró la vista oral en la Audiencia Provincial de Huelva, en la que el monitor de instrucción "reconoció en el banquillo de los acusados la autoría de los hechos", conformándose con la pena que las acusaciones ejercía contra él tras un acuerdo entre partes.
"No fue necesario escuchar en Sala a los numerosos testigos que ese día iban a declarar, muchos de ellos en contra del acusado, pues reconoció expresamente en el banquillo delante de tres Jueces de la Audiencia Provincial de Huelva que fue él quien disparó el arma ese día, cambiando sus declaraciones realizadas durante 5 años negando los hechos", indican desde la parte de la víctima del disparo.
Es por ello que el acusado ha sido condenado como "autor penalmente responsable de un delito de lesiones por imprudencia grave" a "una multa de 10 meses con cuota diaria de 6 euros, con responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas en caso de impago, e inhabilitación para el ejercicio del derecho de uso de armas durante un año y un día, imponiéndole asimismo costas procesalmente devengadas en esta causa penal, inclusive las de la Acusación Particular", según recoge la Sentencia.