No sería la primera vez, ni tampoco tal vez la última en que un tiburón es avistado en las costas onubenses. Y tampoco en las aguas que bañan la barriada ayamontina de Punta del Moral.
Según el vídeo que ha publicado 'Rincones de Huelva y alrededores' en Facebook, un ejemplar de tiburón martillo habría sido visto en dicha zona, lo que ha sido acogido por algunos con asombro y otros con cierta guasa.
Se trata de un escualo que puede encontrarse tanto cerca como lejos como cerca de la costa. Suele habitar en aguas templadas y tropicales de todo el mundo y su coloración oscila entre el gris y el marrón en su parte inferior hasta verde oliva en su parte superior.
Su aleta puntiaguda y especialmente larga le hace fácilmente reconocible, y sus dientes serrados de forma triangular los convierten en una perfecta máquina de matar.
El tiburón martillo también cuenta con un grupo de órganos sensoriales llamados “ámpulas de Lorenzini”, gracias a los cuales puede detectar los campos eléctricos creados por sus presas. La sensibilidad de estos le permite detectar a las rayas, su alimento preferido, que viven enterradas bajo la arena, según señala www.nationalgeographic.es.
El gran tiburón martillo es el más grande de las nueve especies conocidas de este tiburón, que puede crecer hasta los seis metros de longitud y pesar hasta 450 kilos, aunque este peso no es el habitual en estos escualos.
La mayoría de las especies de este tipo de tiburón son pequeñas e inofensivas para los humanos, pero los grandes martillos, con su tamaño y ferocidad, son potencialmente peligrosos. En cualquier caso, por fortuna, se han registrado hasta ahora pocos ataques.
