Declaran culpable de asesinato con alevosía a Ana Julia Quezada

El jurado popular ha declarado por unanimidad a Ana Julia Quezada culpable de asesinato con alevosía por la muerte de Gabriel, el pequeño de ocho años hijo de su entonces pareja, Ángel Cruz, el 27 de febrero de 2018 en una finca apartada de Rodalquilar (Almería).

Y ello después de "lanzarlo contra el suelo o pared" de la habitación del cortijo "de forma intencionada, súbita y repentina" y que lo hizo consciente de su "superioridad" por diferencia de edad y por complexión.

De este modo lo ha determinado dicho jurado después de la vista oral celebrada en los últimos días en la Audiencia Provincial de Almería, en la que ha estimado acreditado también que Gabriel, quien "confiaba" en la acusada por ser una persona "íntimamente ligada" a su entorno familiar, "no tuvo posibilidad de defenderse ni de reaccionar".

Tras la decisión del jurado, que ha permanecido incomunidado durante 26 horas y media, la pena de prisión que ha de cumplir Quezada queda en manos de la jueza Alejandra Dodero.

Esta magistrada, que ha presidido el juicio, tiene que decidir si sentencia a Quezada a la prisión permanente revisable, tal y como solicitan la Fiscalía y los abogados de los padres de la víctima.

En audiencia pública y en presencia de Ángel Cruz y Patricia Ramírez, padres del menor, las siete mujeres y dos hombres que integran el jurado han considerado probado por unanimidad que, de acuerdo con los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) que practicaron la autopsia, "tras el impacto" la acusada "procedió con sus propias manos" a la oclusión de los orificios respiratorios "con fuerza, hasta vencer su resistencia y provocar su fallecimiento" por asfixia mecánica por sofocación.

Por otro lado, el jurado ha descartado que la procesada, tal y como ha mantenido la acusación particular ejercida por los progenitores, aumentase de manera deliberada e inhumana el sufrimiento del niño al darle muerte y rechaza que haya pruebas que respalden que le diera "golpes, dejándolo aturdido" entre 45 y 90 minutos para después "taparle la boca y la nariz hasta llevarle a la muerte".