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Dolor en Bollullos tras el fallecimiento del pequeño Javier Camacho

La Hermandad del Cautivo de Bollullos Par del Condado se encuentra de luto. Como la propia localidad condal tras el fallecimiento del pequeño Javier.

Por eso, también las redes sociales se llenan de mensajes de condolencia ante tan irreparable pérdida.

En el perfil de Facebook de dicha hermandad, Juan Ignacio Pérez Díaz, ha escrito un emotivo texto, que titula ‘Un angelito con mochila’, tras este fallecimiento.

«Y la tristeza más absoluta y cruel se abatió sobre una familia, y sobre una hermandad. Intentar describir lo que ahora sienten unos padres o unos abuelos destrozados es tan inútil y absurdo como intentar llevarles consuelo. Sólo el tiempo y la fe -de quien la tenga- sanarán en parte la terrible herida. Ahora sólo cabe el cariñoso abrazo para los suyos, la oración de quienes somos creyentes y el silencio, todo el silencio.

Nuestra hermandad sabe mucho de silencios. Por eso hoy calla. Hoy se ha ido un hermano tan pronto, se nos ha ido tan pequeño, que ya nunca podrá ser monaguillo de sotana y roquete, ni paje de elegante casaca… Se ha marchado tan de prisa que no podrá ya hacer volutas de incienso ante el paso del Señor, ni jugar con la llama de su cirio tras el palio, en el cortejo litúrgico.

Javier nos ha dejado tan pronto que ya nunca conocerá la alegría ni la felicidad de jugar con sus amigos, pero tampoco la pena ni el sufrimiento. Porque ya apuró hasta el final el cáliz del dolor… Vuela en estos mismos momentos su alma cándida e inocente, tan blanca como su piel, tan pura como el día que nació, sobre el blanco caserío de Bollullos, sobre las calles que ya no pisará, y sobre los campos en los que no jugará.

No lo verán subir sus padres ni sus abuelos, deshechos por la tragedia, ni nosotros, sus hermanos, sin palabras de consuelo que ofrecer, sin saber ni qué decir. Sólo lo están viendo los ojos color de cielo de la Virgen de la Victoria, que ha mandado a su pequeño del Rosario que lo suba al cielo de su manita, que es muy pequeño y se puede perder…

Pasarán días largos y luminosos, días que ya nunca serán hermosos ni festivos para sus padres… Pasarán noches frías y oscuras, se sucederán una tras otra las estaciones, hasta que un día, que nadie sabe cuándo será, se abran las grandes puertas marcadas con las cinco cruces.

Volverá entonces a ser Semana Santa y los hermanos de Javier vestirán sus negras túnicas de silencio para cruzar las calles de Bollullos. Volverá a ser Semana Santa y en un cirio de la candelería, a los pies de la Madre de la Victoria, sus hermanos habrán puesto su nombre, para que se sepa que le recuerdan…

Pero él no estará allí. Él irá en un sitio donde sólo lo verán los ojos de aquellos que tienen fe -yo lo veré, lo sé: Sobre el paso que avanza majestuoso por las calles, angelitos juguetones jugaràn revoloteando entre la hojarasca brillante y dorada. El Señor los dejará que brinquen y salten y alboroten, porque son demasiado pequeños para acompañarle. Sólo habrá querido que uno esté cerca de Él, muy cerca…

Amparado bajo el faldón de la túnica bordada, que lo protegerá del relente de la noche del Martes Santo, un hermoso angelito con gafas y una mochilita entre las manos se habrá quedado dormido a los pies del Señor. Es Javier, nuestro Javier…

Dios y Señor nuestro de la mirada baja y las manos atadas, Padre bueno Cautivo, cuida ya tú de nuestro pequeño hermano, y no te olvides de traerlo de la mano cada noche de Martes Santo, que sus hermanos queremos verlo…».

También la comunidad educativa del CEIP «Manuel Pérez» quiere sumarse al dolor de la familia y presentar sus más sentidas condolencias por la pérdida de «nuestro ejemplar alumno» Javier Camacho Salas.

«Queremos homenajear la figura de nuestro queridísmo alumno con el siguiente texto, que nace del sentimiento de su tutora Mariola Carrellán Soto».

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