Gibraleón ha desafiado a la inoportuna lluvia para vivir intensamente este sábado la Feria de San Lucas, que llega a su ecuador con un balance positivo, según ha señalado la alcaldesa de la localidad, Lourdes Martín.
Los aguaceros que han caído sobre el municipio han hecho que cientos hayan buscado cobijo en las numerosas casetas y pabellones feriales que intengran el recinto.
Por ello, y pese a las precipitaciones, que han llegado a ser fuertes en alguna ocasión, muchos vecinos y visitantes no han querido quedarse en casa y han acudido a disfrutar de la feria y de las muchas actividades que ofrece.
Tanto el jueves como el viernes, la feria olontense, que data de 1323, ha registrado una notable afluencia de público y se prevé que lo mismo ocurra el domingo y el lunes, los dos últimos días de esta celebración.
"La tradición dice que la Feria de Gibraleón siempre está pasada por agua y este año no iba a ser menos. Da pena por los feriantes, que hacen menos negocio, pero la lluvia es buena para nuestros campos, que están secos", explicaba Manuela, onubense de la capital que siempre que puede acude a visitar la localidad olontense en el mes de octubre.
