La autocrítica de Caraballo

Ya era hora de que un político, sea del color que sea, haga un ejercicio de autocrítica. Por pequeña que ésta sea. Y ha sido el presidente de la Diputación de Huelva y secretario general del PSOE, Ignacio Caraballo, el que ha reconocido públicamente que su partido “se olvidó de la transparencia”. Y que los ciudadanos padecen las consecuencias de “una Administración lenta y completa”. Son algunos ‘hándicaps’ a los que el PSOE ha de hacer frente, según dijo en su discurso dentro del acto del Día de la Rosa, celebrado este sábado en un abarrotado teatro de Aracena, al que asistieron cargos, militantes y simpatizantes socialistas de toda la provincia.

La ‘estrella’ de la jornada fue la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, que recibió el calor del público en forma de besos, aplausos y algún que otro piropo.

Al igual que décadas atrás los enfervorizados asistentes a mítines le decían a Guerra “Dales caña, Alfonso”, a Susana sus ‘fans’ le piden que aguante, que no desfallezca. “No flaquees, Susana”, le pidió una señora en alusión a lo duro que, según ella, se lo están poniendo a la presidenta de la Junta los ‘recortes’ de Rajoy.

Precisamente, la secretaria de los socialistas andaluces centró su discurso en criticar la actitud del Gobierno central hacia Andalucía. A este respecto, ofreció diálogo frente a las “patadas en la espinilla” del Ejecutivo popular.

El acto estuvo dedicado a los cargos públicos del PSOE y en el escenario estuvo presente el veterano Antonio García Correa, antiguo alcalde de Campofrío y senador, quien tuvo un desliz al criticar a la ministra Fátima Báñez y pronunciar el nombre de Susana… Esto fue recibido con risas por parte del público y la petición de disculpas del histórico socialista.

Por cierto, entre los asistentes al acto también se encontró parte de la ‘vieja guardia’ del socialismo onubense, entre ellos el ex alcalde de Aracena, Paco Ruiz Bosque, y, en última fila, juntos, ex políticos de la talla de José Mora Galiana, Manuel Eugenio Romero o José Ramón Pozuelo.