Por Redacción
«Nadie se va sin su tratamiento oncológico». Así lo ha asegurado la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, que ha reiterado este jueves en el Parlamento andaluz que en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva todos los pacientes de dicho área reciben reciben la atención adecuada, debido a que el protocolo de actuación es por «acto único», al tiempo que ha incidido en que ya reconoció este verano que «hubo un problema con dos o tres bajas en una jornada concreta».
A respuesta de una pregunta formulada por la parlamentaria del Grupo Parlamentario Socialista María Márquez sobre la situación de los pacientes oncológicos «a los que no se les administra su tratamiento por falta de silla», la consejera ha negado el hecho y ha reafirmado que en los procesos oncológicos es donde la Junta «pone el mayor esfuerzo».
«Me reuní en Huelva con el servicio de Oncología y sus profesionales para escucharlos y me dijeron que les daba pena que el PSOE los estuvieran tirando por el suelo, porque atienden a las personas en sillones de un hospital de día y no se va nadie sin que se les administre su tratamiento, ya que el protocolo es de acto único», ha subrayado.
Así, García ha reafirmado que «la garantía es que todos los pacientes oncológicos de Huelva, Jaén o Cádiz se van con su tratamiento en tiempo y forma», por lo que esa «es la única verdad», toda vez que ha señalado que «se está avanzando para seguir mejorando el servicio porque tenemos un número muy importante de tratamientos oncológicos por el envejecimiento de la población».
Por su parte, la parlamentaria socialista, María Márquez, durante su intervención ha explicado que la cuarta planta del Hospital Juan Ramón Jiménez es «un infierno», ya que «en el PSOE de Huelva empezamos a recibir llamadas de familia de personas con cáncer pidiéndonos ayuda porque cuando iban al hospital a ponerse el tratamiento de quimioterapia le decían que no era posible porque no había silla».
«Esto está pasando en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y esas personas lloran de rabia y de impotencia porque saben que de ese tratamiento y esa maldita silla depende su vida. Son los propios profesionales sanitarios los que les piden a la familia y a los pacientes oncológicos que pongan reclamaciones y que denuncien esta situación», ha aseverado.
