La Purísima Concepción volvió un año más a poner de manifiesto la arraigada devoción concepcionista en la ciudad. Como cada 8 de diciembre, la Virgen de la Inmaculada procesionó por las calles del centro de la ciudad acompañada por muchos onubenses que en este día arropan a la bella imagen en su habitual caminar hasta el convento de las Hermandas de la Cruz.
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A las 5 de la tarde, comenzó a salir el cortejo formado por alumnos del colegio maría inmaculada, hermandades de la parroquia y hermanadas. El paso, iba bellamente exornado por rosas blancas y gladiolos, y la virgen vestía con sus mejores galas con su saya bordada y el banco brocado. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música del Maestro Tejera, que ofreció un exquisito repertorio formado por marchas clásicas. Momentos para el recuerdo como su llegada al Convento de las Hermanas de la Cruz o la entrada en la Iglesia de la Esperanza con el recuerdo emocionado de la memoria de Bienvenido González.
Así se celebró un año más esta tradicional procesión en un día cargado de actos marianos como los besamanos de diferentes dolorosas como la Victoria y la Esperanza.
