
Que la política es comunicación en gran medida no es ninguna novedad. Y que la sobreactuación puede conseguir efectos no deseados es sabido por muchos.
Tal vez por ello, las fotografías que han salido de los perfiles de redes sociales de la Moncloa en los últimos días han provocado algunas críticas, tanto dentro como fuera del PSOE.
Y es que dichas fotos, en las que aparece Pedro Sánchez con gafas de sol, sus manos o unas carantoñas con su perra, de nombre Turca, han cambiado por completo con la llegada del nuevo inquilino a la Moncloa.
«Menos sobreactuación y un mensaje más creíble», comenta un diputado socialista, a media voz, ante el revuelo originado por la nueva política de comunicación del partido en el Gobierno central.