
Hay personas que sin la relevancia de quienes ocupan cargos o aparecen en las noticias, han sabido granjearse el aprecio y el respeto de sus vecinos. Y son grandes por eso, porque desde su humilde posición, se hacen imprescindibles. Tanto que su ausencia deja un vacío importante cuando ya no están.
Es el caso de Antonio, el peluquero, el ermitaño, como se le conocía en Lepe, donde este fallecimiento está siendo muy sentido por la población.
El periodista Fermín Cabanillas da cuenta de su irreparable pérdida en las redes sociales. «Hoy se nos ha ido en Lepe una buena persona. Antonio, el peluquero, el ermitaño… De esas personas de las que nadie pudo tener jamás una mala palabra. Recuerdo con especial cariño que eran quién cortaba el pelo a mi padre cuando cayó enfermo y ya no salía de casa», señala el comunicador.
«Descansa en paz, Antonio, y gracias por una vida de ayuda a todo el que lo necesitaba.
Un abrazo a toda su familia», concluye su mensaje de condolencia tras este fallecimiento.