Seis años de cárcel por maltratar a su mujer durante 16 años con sus hijos delante

Un hombre ha sido condenado a seis años de prisión por el Juzgado de lo Penal 3 de Huelva por insultar, menospreciar, someter y agredir físicamente de manera habitual a la que fue su mujer durante 16 años, desde el principio de la relación y sin importarle que sus hijos estuvieran presentes.

Asimismo, el juez le impone la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 11 años y la prohibición de aproximación a menos de 200 metros de su mujer y de sus hijos, y a comunicarse con ellos por el mismo tiempo; así como a la privación del ejercicio a la patria potestad durante ocho años.

En concepto de responsabilidad civil el condenado tendrá que indemnizar a su esposa en la cantidad de 3.210 euros.

Se considera probado que el acusado y la víctima están casados desde hace unos 16 años, fruto de lo cual nacieron dos hijos.

Desde el inicio de la unión, ésta se caracterizó por el dominio que ejercía el acusado sobre su esposa, procurando siempre su sumisión.

Tal clima se vio incrementado con el nacimiento del segundo hijo; a partir de ese momento, sin importarle al acusado la presencia constante de sus hijos, la insultaba y menospreciaba, diciéndole que no servía para nada y que era una mala madre; y para reforzar todo lo anterior, no dudaba en despreciar todo lo que ella hacía.

Además, habitualmente y en presencia de sus hijos y con la clara intención de atormentar y de causar pavor en su esposa, afilaba una navaja y hacía gestos con la misma dándole a entender que le iba a cortar el cuello.

El acusado logró provocar en su esposa tal temor que le pedía perdón continuamente y por todo aunque fuera él quien la agredía, humillaba y vejaba.

La perjudicada acudía frecuentemente a la médico de cabecera por las distintas agresiones físicas y psíquicas pero siempre alegaba haberse caído o haber sufrido un golpe de manera accidental.

Finalmente el día 3 de enero de 2015, tras haberse decidido ella a poner fin a la relación, se inició en el domicilio una fuerte discusión en la que el condenado, intentando que cambiara de opinión, le dijo que iba a coger el coche y se iba a suicidar.

La mujer trató de evitar que lo hiciera pero sin cejar en su deseo de separarse, ante lo que él, viendo que la amenaza de suicidio no surtía efecto, se levantó la camiseta y le mostró una pistola de plomos y una navaja subiéndose a la azotea de la vivienda donde había una bombona de gas y un soplete.

Finalmente arrojó gasolina y prendió fuego, sin causar grandes daños ya que lograron apagar el fuego.