Aparentemente, la tranquilidad reina, tras muchos años de lucha, en el barrio de Santa Lucía. Sin embargo, son varios los vecinos que continúan esperando una respuesta de la Junta de Andalucía para poder comenzar una nueva vida en las viviendas que les fue adjudicada de manera provisional.
O continuaban esperando, porque hace unos días, la paciencia se les agotó y decidieron ocupar sus propias viviendas.
Es el caso de Ana Salas. Su madre murió a la espera de estrenar su nuevo hogar. Y Ana, aunque tomó todas las medidas previas para heredar lo que le pertenecía a su progenitora, se ha encontrado en una situación desesperada.
Ante la negativa de la Junta de Andalucía a entregarle la vivienda y con el temor de que ésta fuera adjudicada a otra persona, Ana tomó la drástica decisión de entrar y ocupar la casa que pertenece a su madre.
El apoyo de los vecinos ha sido fundamental. La acogida en un barrio en el que muchas familias han encontrado la paz tras años de lucha. Y, mucho antes de que Ana Salas decidiera ocupar su vivienda, ya hubo alguien que lo hizo. Fue Carlos Albendiz, que vio como su antigua casa ardía y, ante la impotencia de verse en la calle, no lo dudó y ocupó una vivienda que hoy es suya con todas las de la ley. Hoy es un propietario orgulloso de lo que tanto le ha costado conseguir.
En cuanto a la situación de Ana Salas y el resto de familias, Carlos lo tiene claro. En Santa Lucía, van todos a una.
Ahora a los nuevos vecinos de Santa Lucía sólo les queda esperar. Esperar a un juicio que les enfrentará a la Junta de Andalucía y con el que pretenden que se haga justicia.
