- El Bosque de Hinojos (Doñana) acoge la iniciativa desde 2016 de implantar un nuevo concepto de pedagogía basada en la interacción con la naturaleza
La Asociación “El Burrito Feliz” diseñó hace ya siete años un programa pedagógico donde los más pequeños/as realizarían actividades en plena naturaleza. Hasta 450 alumnos de distintos colegios y de centros educacionales con alumnado que requiere educación especial han experimentado el proyecto en pleno Doñana.
La iniciativa, que posiciona a la provincia de Huelva como referente en las actividades que tienen que ver con la enseñanza en torno al desarrollo sostenible, ha sorprendido al profesorado que asiste a las aulas sobre naturaleza.
Según la coordinadora del proyecto y del grupo ecologista femenino “Mujeres por Doñana”, Cristina Mariño, el éxito de la iniciativa ha superado sus expectativas puesto que cada vez son más centros los que quieren sumarse al aula.
Durante el desarrollo de las clases, los alumnos y alumnas pueden incluso relacionarse directamente con animales como conejos, asnos y cabras. Esta interacción con los seres vivos despierta en los más pequeños una enorme sensación de empatía.
Cristina asegura que lo que más apasiona a los alumnos que asisten al aula es poner en libertad, durante los intervalos entre clase y clase, a los erizos salvajes que son recuperados cada año en el Santuario Animal “Wendy Clements”, ya que prácticamente ninguno de los pequeños se imaginó que iban a poder disfrutar de la sensación de tocar y liberar uno de estos pequeños animales que gozan de protección especial.
El Aula del Bosque de Doñana también incluye una programación especial de apoyo para centros y colectivos con necesidades especiales. Uno de ellos, el Centro “Mago Merlín” de Hinojos, que acude este año como tercero consecutivo.
