Gibraleón se ha echado a la calle, un año más, para seguir en procesión a San Isidro. Había ganas después de dos años de ausencia por la pandemia y, tras la romería del pasado fin de semana, la localidad muestra su cara más generosa con esta fiesta en la que nadie se siente forastero.
En esta ocasión son siete hermanas mayores las que están al frente de unas fiestas que hacen que la localidad panturrana alcance la gloria durante todo un fin de semana de vivas al Patrón de los labradores, sevillanas, y una perfecta simbiosis entre devoción y diversión.