Carolina Marín se rompió y junto a ella el corazón de todo el mundo, que veía impasible como una de las mejores deportistas españolas de todos los tiempos se desgarraba en tierras francesas.
La mala suerte, la injusticia, el infortunio, el gafe, la desdicha, la tristeza, la pena, el desconsuelo, la impotencia, la desesperación... Diferentes emociones recorriendo el corazón de la gente que veía como se escapaba el sueño de la medalla para una deportista que lo ha dado todo por recuperar, volver a competir y hacerlo de la mejor manera posible, como así ha sido.
Pero, esto no termina aquí, y es que si quedaba alguien que no fuera fan de la volantista onubense, seguro que ahora no será así. La atleta española conmovió a toda una nación, tras derrotar al gigante asiático en Río 2016 colgándose el oro y estaba convencida de que así sería en París.
Cuando tan solo quedaba un paso para lograrlo, la mala fortuna en forma de lesión se cebaba con la andaluza que ha luchado en sus últimos años profesionales contra diferentes contratiempos que la han mantenido alejada durante gran parte del tiempo de la pista.
Todavía no se cree lo que sucedió el pasado domingo en Francia y por seguro que esta no será la última vez que veamos a Carolina luchar por ampliar su excelso palmarés. Ahora, toca asimilar todo lo vivido, digerirlo y empezar a preparar su regreso con el objetivo puesto en recuperar su mejor versión lo antes posible.
Un momento durísimo para la onubense y todo su en torno que ya veían el sueño de la española a la vuelta de la esquina, aunque a veces el destino puede ser cruel. Compañeros, colegas, amigos, familiares, cargos institucionales y distintas personalidades han mostrado su apoyo hacia la volantista a través de sus redes sociales.
Una mujer que se ha convertido en leyenda y que ha elevado su juego a otro nivel hasta llevarlo a cotas inimaginables para el aficionado, que ha visto como una joven de una ciudad del sur de España logra emocionar a todo el mundo.
Unos seguidores que estarán orgullosos con cada paso que de Marín y que ya han demostrado en más de una ocasión, al igual que los suyos como Fernando Rivas que la abrazaba desconsolada tras su lesión, que siempre están del lado de ella.
El camino será largo, pero no debe ser veloz porque en casos como estos las prisas nunca suelen ser un buen aliado. La deportista comienza desde ya mismo un proceso duro, que tendrá que contará con un camino duro y cuidadoso para que todo salga bien.