A modo de introducción en este importante universo de las emociones, explicamos el origen de la Inteligencia emocional y los modelos más asentados con sus principales autores y modelos: Salovey & Mayer, Bar-On y Goleman

¿Qué sabes de la Inteligencia Emocional?

Podría decirse que el concepto de Inteligencia Emocional, compuesto de dos vocablos con sentidos antagónicos hasta hace muy poco, es joven. No ha sido hasta finales del siglo XX cuando Inteligencia y Emoción (contraria a la clásica dicotomía entre Razón y Sentimiento-Pasión desde la antigua Grecia) se han unido para florecer en infinitud de estudios y teorías, con sus correspondientes autores, que ahondan en una de las herramientas fundamentales para comprender la esencia del ser humano. No en vano, ha habido que esperar a la última década del siglo pasado para asistir al nacimiento científico de la Inteligencia Emocional.

Uno de los autores con más autoridad –a nivel nacional e internacional– en esta materia es el catedrático en Psicología por la Universidad de Málaga y director-fundador del Laboratorio de Emociones de la UMA, Pablo Fernández-Berrocal, quien forma parte del equipo docente multidisciplinar del Máster 2017-18 en Inteligencia Emocional, Psicología positiva, Neurociencia, Coaching y Estudio Científico de la Felicidad que se cursa en el Instituto Psicobiológico, y protagonista en el primero de los seminarios celebrados.

El catedrático profundizó en su ponencia en los ‘Beneficios de la Inteligencia Emocional: claves para su desarrollo en el ámbito personal y profesional’, a modo de introducción al maravilloso e importante universo de la Inteligencia Emocional.

La clave, al contrario que la concepción dialéctica de la Grecia clásica, está en el correcto balance entre Inteligencia y Emoción, como conceptos indivisibles, y así lo vieron John D. Mayer y Peter Salovey, quienes introdujeron el término de Inteligencia Emocional en 1990, lo que significó “el nacimiento científico de la Inteligencia emocional” y la “teoría más pura” sobre la misma.

Podríamos definir la Inteligencia Emocional (IE) –según la definición de Mayer, J. D., Roberts, R. D., & Barsade, S. G. (2008)– “la capacidad para reconocer, comprender y regular nuestras emociones y las de los demás”.

Los tres modelos más conocidos de la IE

Sobre los precursores Mayer y Salovey (1990), el catedrático Pablo Fernández-Berrocal presentó a los alumnos del Máster en el Instituto Psicobiológico los tres modelos más conocidos de la IE:

1.- El modelo de habilidad basado en cuatro capacidades: Percepción, expresión y evaluación emocional –identificar y reconocer tanto los propios sentimientos como los de aquellos que te rodean– ; Facilitación emocional –habilidad para tener en cuenta los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas, entendiendo que las emociones afectan al sistema cognitivo y que los estados afectivos ayudan a tomar decisiones–; Comprensión emocional –hay que saber categorizar y etiquetar cada una de las emociones–; y Regulación de emociones –estar abierto a estados emocionales positivos y negativos, reconocer la influencia de las mismas y regularlas sin minimizarlas o exagerarlas–. Según los autores recién citados, las competencias emocionales se pueden aprender, de manera que la IE está al alcance de todo el mundo, una suerte de democratización de la inteligencia, a diferencia de la postura clasista del cociente o coeficiente intelectual, y a nadie se le escapa que la IE supone un gran avance tanto para el ámbito personal y las relaciones humanas, como para mejorar las competencias profesionales.

Las competencias emocionales se pueden aprender y la IE está al alcance de todo el mundo: una suerte de 'democratización' de la inteligencia

2.- Además, como explicó el catedrático Fernández-Berrocal, uno de los modelos de IE más representativos y utilizados del mundo es el de Reuven Bar-On (1997), conocido como modelo mixto y que desarrollaría el denominado Inventario de Cociente Emocional o EQ-i (Emotional Quotient Inventory). El de Bar-On introduce ítems en categorías personales e interpersonales como la autoestima, la autorrealización, autoconciencia, la tolerancia al estrés, e incluso la felicidad y el optimismo.

3.- El tercer modelo, de gran éxito mundial y más popularizado, es el del estadounidense Daniel Goleman, a raíz de su best-seller Emotional Intelligence (1995), llamado modelo de ‘Competencias Emocionales’ (1998). Se trata de un modelo de divulgación científica y no científico en pureza, en el que también se manejan categorías personales y sociales. Precisamente, gracias a Goleman la inteligencia emocional pasó a convertirse en un asunto de interés general gracias a la difusión sin precedentes que supuso la publicación y alcance masivo de la referida obra.


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